Concordia celebró el 25 de Mayo con un fuerte llamado a la empatía y la dignidad humana

Durante su homilía, el prelado destacó la riqueza de la tierra argentina y la diversidad cultural que forma al pueblo, pero puso el acento en los desafíos actuales que enfrenta la sociedad: “tenemos que pedirle a Nuestro Señor que nos ayude a encontrar los caminos para superar las graves dificultades sociales que no nos permiten ser lo que deseamos y estamos llamados a ser, como nación argentina”.
Zurbriggen recuperó palabras del Papa León XIII para subrayar la importancia de invertir en la familia como núcleo fundamental de la sociedad y en la dignidad de cada persona, desde “el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes”.
Con un tono profundamente pastoral y reflexivo, el obispo de Concordia invitó a construir una comunidad “armónica, pacífica, respetuosa y empática”, donde se reconozca al otro como igual y se trabaje para que todas las familias puedan vivir con “sobriedad, pero con dignidad”.
“No debería ser tan difícil si reconocemos al otro como una persona con una dignidad humana igual a la nuestra”, afirmó, al tiempo que lamentó las escenas cotidianas de exclusión: niños pidiendo en las esquinas, jóvenes sin hogar, familias buscando alimento en la basura.
El mensaje concluyó con un deseo y una exhortación: que la comunidad de Concordia y del país entero se anime a hacer realidad estos valores a través del esfuerzo, la creatividad y la solidaridad. 
En tiempos de crisis, Zurbriggen volvió a poner en el centro el amor al prójimo como el mandamiento esencial para reconstruir el tejido social.